8 de marzo, Día Internacional de la Mujer
Los tiempos han cambiado mucho desde principios del S. XX, cuando más de 100 mujeres dieron sus vidas
al luchar por sus derechos. En esta época, imaginar a una mujer ocupando el
cargo de gobernante de un país, sería motivo de bromas. Hoy, eso es una realidad presente en varios
países, como Brasil y Argentina.
Otro avance para las mujeres fue el dominio sobre su cuerpo, que estaba sexualmente reservado para el hombre que la familia elegía, y prohibido para ser analizado por su “dueña”, que recibía represión y castigo si tenía el deseo de
conocer íntimamente ese cuerpo. Esto trajo graves consecuencias para la salud
femenina; pues ésta logró la libertad de su cuerpo, pero continuó con una mente
cerrada a conocerlo.
Hoy en día, las mujeres son sexualmente activas y pueden tener más de una
pareja en una sola noche. Sin embargo, como
toda acción tiene una reacción - como ya decía el científico, Isaac Newton- la
incidencia de las infecciones de transmisión sexual (ITS) también se tornaron
activas en estas mujeres, que muchas veces, de manera irresponsable, tienen relaciones
sexuales sin utilizar preservativos, porque les resulta más cómodo, o simplemente para
complacer a su pareja casual.
Sumando este riesgo con el hecho de que las mujeres modernas no tienen el
hábito de analizarse íntimamente, o sea, de chequear su vulva y sus fluidos, sus
sangrados menstruales, y tampoco llevan en cuenta la fecha de su menstruación, la
incidencia de infecciones transmisibles de manera sexual es cada vez más creciente
y, en muchos casos, llegan a ser graves, ya que no se hizo un rápido diagnóstico de la misma.
Una de las enfermedades más frecuentes, lleva el
nombre de Gonorrea, causada por la bacteria Neisseria gonorrhoea,
que puede crecer y multiplicarse fácilmente en áreas húmedas y tibias del aparato
reproductivo,
incluidos el cuello uterino (la abertura de la matriz), el útero (matriz) y las trompas de Falopio, y en la uretra (conducto urinario). La mujer infectada, puede tener como
síntomas: secreción e sangrado vaginal inusual, y dolor en la parte inferior
del abdomen. Esa enfermedad, si llega a su nivel grave, puede causar graves
problemas de salud, infertilidad y
embarazo ectópico.
La Síflis, otra infección muy
frecuente, es ocasionada por el Treponema
pallidum y se transmite cuando se entra en contacto con las heridas abiertas
de una persona infectada. Esta enfermedad, si no es tratada a tiempo, atraviesa
cuatro etapas: la primaria que empieza 3 semanas después del contagio, con el
surgimiento de una pequeña herida/ulcera en el órgano genital; la secundaria
con 3-6 semanas después del aparecimiento de la lesión,con fiebre, dolor de
cabeza, dolor muscular y fatiga; la
latente y la terciaria (tardía), donde puede ocurrir graves daños a nivel
cerebral y cardíaco . En la etapa secundaria es posible contagiarse al tener
contacto con las lesiones en la piel de una persona infectada.
También el virus del
papiloma humano (VPH) puede producir irritaciones constantes en la entrada
de la vagina con ardor y sensación de quemadura durante las relaciones sexuales
(se denomina vulvodinia) o pequeñas verrugas en el área
ano-genital (cérvix, vagina, vulva y uretra). Pueden variar en apariencia (verrugas planas no visibles o acuminadas sí visibles), en número y en tamaño, por
lo que se necesita un especialista para su diagnóstico. Aparecen alteraciones
en el Papanicolaou, lo que refleja que en el cuello del útero hay lesiones escamosas intraepiteliales (zonas infectadas por VPH que pueden
provocar cáncer).
Esas tres infecciones, como las
demás, necesitan de un rápido diagnóstico para iniciar su tratamiento y así evitar una gravedad mayor. Ese diagnóstico debe empezar por la propia mujer,
que debe tener el conocimiento de su cuerpo para poder identificar las anomalías. Algunos signos de alerta que indican que la mujer debe visitar a su ginecólogo incluyen: alteraciones de color, olor o consistencia en el flujo vaginal, aparición de lesiones o verrugas, dolor en el momento del coito...etc.
Para finalizar, reclamamos que la conmemoración no quede solamente por la independencia
femenina y sus logros profesionales, sino que se conmemore también la salud
de la mujer, que además de ser trabajadora y luchadora, es dueña
de su cuerpo, y por eso tiene el derecho y el deber de conocerlo para conseguir una vida más saludable.
Jessica
Bottentuit Rocha
Coordinadora
Local, SCORA-UNPHU
No hay comentarios:
Publicar un comentario